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sábado, 8 de septiembre de 2012

Trabajo 101 (pimiento): Fotones y Culebrones.


Dentro de un invernadero siempre se pretende que todas las plantas estén iguales. Pero amigo, las plantas, mal que le pese a los holandeses, no son máquinas. Es cierto que con una buena estructura, una ventilación adecuada y  un riego localizado eficiente se puede acercar uno a este sistema ideal. Pero creo que no es lo general en la zona, al menos en los invernaderos comerciales, en los de investigación es otra cosa.

Digo esto porque en mi cultivo de pimiento puedo observar tres tipos de plantas, si bien tengo que decir que por suerte una de ellas es mayoritaria. Me explico: De las 16000 plantas sembradas, tengo unas 300 que se han quedado antes sin blanqueo, por tanto han tenido más luz, y  se puede observar en ellas que tienen el tronco más gordo, han crecido menos y han partido antes. Tengo unas 1500 plantas que tuve que comprar para compensar los fallos de germinación de la partida original. En el semillero me buscaron 10 bandejas de pimiento ASUN de CLAUSE de un agricultor ecológico al que le sobraron. Esta partida estaba sembrada una semana antes que la mía por tanto estaba bastante más grande. Además sospecho que es más vigorosa.  Ya le tengo armada y con flores abiertas, incluso alguna he visto cuajada. El resto de matas, hasta las 16000 están en un estado intermedio a estos dos citados. No llega a ser un carnaval pero se acerca.

Por último querría comentar un artículo publicado por la web FANTASYMUNDO acerca de un estudio realizado en la Universidad de Stanford y publicado en la revista “Annals of Internal Medicine”. Titulan: “Pocas diferencias de salud entre la agricultura ecológica y la convencional… a corto plazo”.

El que quiera que lo busque, si yo lo he encontrado cualquiera lo puede hacer. El estudio en cuestión es de suscripción. El artículo sobre él no.

Mi opinión, sin necesidad de hacer tanto estudió, es que los productos ecológicos en general y las frutas y hortalizas en particular son mejores para la salud que los convencionales (cierto que no todos los convencionales son iguales, ni mucho menos, por desgracia tampoco lo son todos los ecológicos).

 Probemos a dejar cualquier hortaliza o fruta ecológica  al lado de una convencional. A ver cuál de las dos se pudre y cual se arruga y se seca sin ser accesible o interesante a los microorganismos. Apuesto a que en la mayoría de los casos resiste más la orgánica. No es científico, es visual.

Mientras se definan los alimentos únicamente por tantos por cien (o miligramos por kilo) de proteína, vitamina, grasa y oligoelementos es lógico que las diferencias sean mínimas, al fin y al cabo un tomate ecológico y uno convencional si algo tienen en común es que los dos son tomates.

Por suerte cada vez tienen más importancia las características organolépticas de los alimentos y en ese terreno mi opinión es que los productos ecológicos ganan. Como ejemplos claros podemos hablar de un tomate y de un melocotón.

Más importante que la cantidad de proteínas es su origen. No es lo mismo, creo yo, partir de abonos orgánicos, donde a nivel de raíz se ponen en juego un gran número de seres vivos, que partir de abonos químicos que entran directamente en la planta solo dependiendo de potenciales químicos.

Me consta que existen otros parámetros alternativos para evaluar la calidad de un alimento. Claro que en los laboratorios agroalimentarios aún no se han enterado. Por ejemplo el PH de los alimentos, la cantidad de agua, la cantidad de nitratos, el equilibrio entre los distintos componentes, etc. Puede ser que los alimentos ecológicos usen el exceso de fosfato para regular el PH del producto.

Y hasta el momento nada he dicho de los pesticidas, las hormonas, los metales pesados, los antibióticos, etc. Dos años no son nada para ver sus efectos.

El otro día un joven agricultor me dijo: “Tio, he comprado 1 Kg de tomates ecológicos en el HIPERCOR, me han costado un pastizal, y estaban igual de comer que los otros”. Por supuesto que puede pasar. Son muchos factores los que juegan, la semilla, hacer un buen abonado o hacer trampas, hay productores no ecológicos que trabajan mejor que los ecológicos, el tiempo que llevaban en el expositor, los prejuicios de mi amigo por el sablazo, productos fuera de temporada, etc.

El consumidor tiene la última palabra, mejor dicho, tenemos la última palabra.


más horas de luz

Asun de Clause. 

Mayoritario

 Es todo, salud y buenos alimentos, orgánicos o convencionales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo siempre digo lo mismo, todo muy bonito , pero al final al que nos falta el dinero para tirar para adelante es a nosotros, no crees que lo que comes es falso, esos tomates que compro tu amigo a lo mejor tienen de ecologico lo que yo de cura, hay mucho espabilao suelto, no todo lo que reluce es oro aunque lo parezca.Bueno me parece muy bien tu estrategia, pero al que le falta el dinero y el que se calienta la cabeza eres tu y eso deberia de tener un beneficio, ya estas viendo como funcionan los chinos muy barato y sin ninguna calidad, pero ellos se inflan y encima nosotros vamos y decimos ufff que barato me ha costado y estamos tan felices por barato no por calidad, y ojo la calidad hay que pagarla aunque no nos guste.Perdon por el tocho pero me da pena que nos esforcemos incluso teniendo perdidas y otros se hinchen a nuestras espaldas mintiendo y falseando, somos unos hipocritas, un saludo y haces bien pero ten cuidado el que quiera comer sano que page

elyoyo dijo...

hombre llevas razón pero como están las cosas hoy día lo que criamos prácticamente es ecológico, nada más ver que los "venenos "por poner algo es agua destilada, a que quieren jugar con nosotros, si aquí en Almeria se produce creme de la creme.